En busca del temporal
Sin duda, un hecho del que todo el mundo habla actualmente es la sequía que estamos sufriendo desde hace varios meses. Las reservas actuales de agua de nuestros embalses se encuentran, de promedio, en torno al 51% (a día 10 de abril de 2023). Aunque el año pasado estaban en torno al 48%, la media de los últimos años ronda el 67%. El déficit es moderado.
Además, cabe resaltar que las actuales reservas de agua en forma de nieve que aún queda en las montañas es nimia, por lo que no se prevé un repunte por deshielo destacable. Más bien modesto. Mala noticia de cara a afrontar la estación más seca del año: el verano, que se aproxima lentamente.
ASÍ ES NUESTRO CLIMA
Evidentemente, no entraremos en temas de gestión de agua ni políticos. Pero es bien sabido que en nuestro clima mediterráneo las sequías se suceden de manera períodica. Es decir: no es nada nuevo. Recordamos, por ejemplo, la sequía de los años 2016-17. También es verdad que estas situaciones suelen acabar drásticamente tras algún temporal o episodios sucesivos de inestabilidad. Y es de este punto, precisamente, el que trataremos en el presente artículo.
¿CÓMO PUEDE CONCLUIR UNA SEQUÍA?
Siguiendo el hilo del anterior párrafo, los temporales generalizados son la mejor arma contra la sequía prolongada. Recordamos, por ejemplo, a "Filomena", que sacudió la Península durante los primeros días del año 2021. Arrancó iniciado el año tras la llegada de una irrupción de aire frío polar, que quedó atrapado al sur del continente europeo.
Paralelamente, y desde latitudes mucho más meridionales, se deslizó una borrasca acompañada de aire cálido y húmedo de origen tropical, a través del Estrecho de Gibraltar. Este "cóctel" dio lugar a un temporal de levante de primera categoría, ocasionando nevadas importantes y fuertes lluvias, sobre todo en el centro, sur y este peninsular.
Comentamos algunas características de este peculiar temporal en el siguiente enlace.
También, aunque de forma más localizada, en noviembre de 2020, en puntos del Mediterráneo, se registró un temporal duro de lluvia y viento. O también el temporal de lluvias torrenciales en Alicante, en septiembre de 2019.
Aunque este tipo de situaciones, en muchos casos, pueden ocasionar daños personales y materiales, también es cierto que abastasen de agua nuestras reservas durante varias semanas.
¿CUÁL SERÍA LA TENDENCIA PARA LOS PRÓXIMOS MESES?
Ahora en primavera, nos encontramos en una época del año en la que la inestabilidad, estadísticamente, debería experimentar un repunte. El sol se encuentra más alto al medidía sobre el horizonte y la temepratura, en aumento, acumula energía para el desarrollo de nubosidad destacable. O así debería suceder.
A lo largo la segunda quincena del presente mes de abril la inestabilidad debería ir en aumento, aunque de forma irregular y dispersa, con algunos chubascos y tormentas. No se contempla nignún temporal, por el momento. Las altas presiones seguirán dominando aunque con borrascas cercanas circulando entre el Atlántico y el norte de Europa.
Respecto al mes de mayo, los modelos estacionales apuntan, como tendencia general, hacia un mayor dinamismo atmosférico, con precipitaciones algo más frecuentes respecto al mes de abril. Destacaría, sobre todo, la vertiente cantábrica y Pirineo, también puntos concretos del Mediterráneo como la Comunidad Valencia, Región de Murcia y nordeste de Catalunya, incluyendo Baleares, con registros ligeramente superiores a la media climática. También nordeste de Cataluña y sur de Aragón. En cambio, el mes se prevé seco o muy seco en Extremadura, ambas Castillas y área de Andalucía, en general. Todo ello, siempre, cogido con pinzas.
Temperatura ligeramente superior a lo que sería habitual para las fechas, sobre todo en el interior peninsular.
Los meses de verano, comprendidos entre junio y agosto, se prevén muy cálidos en general. Algo que no es ninguna sorpresa o novedad, últimamente, por desgracia. Es difícil entrar en comparativas respecto a años pasados, pero irrupciones cálidas significativas no se descartan durante este periodo de tiempo. Con todo, muchos de los días se prevén despejados, aunque con episodios puntuales de inestabilidad, como suele suceder para las fechas.
En definitiva, por ahora no se pueden anunciar grandes lluvias ni situaciones meteorológicas que inviten a anunciar el fin de la sequía que nos ocupa. Esperamos traer buenas noticias pronto, anunciando lluvias el último tercio de este año 2023.