Lluvia de estrellas: las Perseidas

Lluvia de estrellas: las Perseidas
Autor: Iván Herrera Marín - Iván Herrera Marín | CTO Responsable Técnico en TROPOSFERICA. Meteorólogo y comunicador. Diseño gráfico. Ciencias Ambientales.
11 de agosto, 2023

LLUVIA DE... ¿ESTRELLAS?

En muchas ocasiones se puede decir que las apariencias engañan. Y esta es una de ellas. Nada más lejos de la realidad: las estrellas no "llueven". Hemos de tener en cuenta que una estrella es un astro, como el Sol, de muy grandes dimensiones respecto a un planeta como el nuestro, la Tierra. Se aprecian en el firmamento como puntos aparentemente fijos durante la noche, tintineantes —aunque también se pueden divisar planetas como Venus, Marte, Júpiter o Saturno—, formando constelaciones.

En cambio, las llamadas "estrellas fugaces" no son más que pequeñas partículas semejantes a la arena de la playa, o pequeños fragmentos —llamados meteoroides— que viajan a través del espacio y que, en ocasiones, atraviesan nuestra atmósfera a gran velocidad volviéndose incandescentes. Y, precisamente, esto es lo que vemos en el cielo. No son más que breves destellos que duran a penas unas décimas de segundo -que es el tiempo que tendríamos para pedir el deseo-.

Muy de vez en cuando estos fragmentos de roca y/o hielo alcanzan un gran tamaño, dejando tras de sí una estela que puede durar varios segundos, muy brillante. E incluso, en muy raras ocasiones, impactan sobre la superficie de nuestro planeta, como el llamado Bólido de Cheliábinsk, que impactó en suelo ruso el 15 de febrero de 2013. Entonces los llamamos meteoritos.

OBSERVANDO LAS PERSEIDAS O "LÁGRIMAS DE SAN LORENZO"

Alguna de esta lluvia de estrellas, en lugar de ser ocasional, resulta ser periódica, coincidiendo año tras año en las mismas fechas. ¿A qué se debe? La explicación es sencilla. Muchas veces la Tierra, en su movimiento de traslación alrededor del Sol, cruza la estela de algún cometa. Los cometas, tras de sí, dejan “escombros” tales como polvo, rocas y hielo, de pequeño tamaño, que pueden llegar a interferir con nuestra atmósfera. En el caso de las Lágrimas de San Lorenzo, los restos corresponden al cometa Swift-Tuttle, y son famosas por la frecuencia de avistamientos durante las noches, sobre todo, del 11 al 13 de agosto de cada año.

Para verlas, es recomendable encontrar un lugar lo más alejado posible de la contaminación lumínica, como puede ser una montaña. Este año 2023, además, el fenómeno coincidirá con Luna prácticamente nueva. En otras ocasiones, el brillo mismo de la Luna ha entorpecido o atenuado el avistamiento. Justo este año, será mínimo, lo que favorecerá su observación.

LA METEOROLOGÍA TAMBIÉN INTERVIENE

Es evidente que “el tiempo” es clave a la hora de elegir una ubicación adecuada para la observación de las Perseidas. La presencia de nubosidad, resultará un factor determinante. Es por ello que nos aventuramos a realizar una “previsión de visibilidad” de cara a las próximas noches, en función de esta variable. Por suerte, la presencia del anticiclón garantizará cielo despejado en gran parte del territorio español, aunque habrá excepciones. Lo concretamos a continuación.

 

 

Como se puede apreciar, excepto en algunos puntos del tercio norte —sobre todo en las proximidades al Atlántico y el Mar Cantábrico— las condiciones para la observación de las Lágrimas de San Lorenzo se prevén buenas o aceptables, con el paso de algunas nubes altas y medias ocasionales.

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