Gota fría (o arreglar la primavera en 3 días)

Gota fría (o arreglar la primavera en 3 días)
Autor: Samuel Biener - Geógrafo del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante
24 de abril, 2019

La Semana Santa también es conocida como la semana de pasión entre los meteorólogos y los climatólogos. Es una época en la que muchas personas están pendientes del cielo: se suceden las procesiones día tras día, mientras que los hosteleros y turistas esperan al "buen tiempo" en las playas. También hay otro sector (del que no se ha hablado hasta después de las lluvias) que deseaba la llegada de las precipitaciones: los agricultores. 2019 amenazaba con ser desastroso por las precipitaciones muy escasas en los primeros meses de este año en el litoral mediterráneo.

Hasta que llegó la Semana Santa de 2019 (aunque entre el 31 de marzo y el 1 de abil ya tuvimos un pequeño aperitivo). Si mucha gente nos pregunta por el tiempo durante estos días (e incluso en algunos casos llegan a exigir, y lo mejor es que se pregunta a veces cuando falta un mes o 2/3 semanas), imaginen cómo han sido estos últimos días para los meteorólogos y climatólogos. Porque la protagonista en la Semana Santa de este año ha sido toda una señora gota fría.

Sí, una gota fría en abril. Basta de desinformar y de mentir. Una gota fría (también conocida como baja desprendida en altura o DANA/BFA) simplemente es un embolsamiento de aire frío en altura que se desgaja y aísla de la circulación del oeste, y su génesis está relacionada con ondulaciones muy pronunciadas en la corriente en chorro. Es un error muy común asociarla a lluvias torrenciales de consecuencias catastróficas o algo que sólo se produce en otoño.

Porque no es es ni una cosa ni la otra. Las gotas frías se pueden descolgar en cualquier época del año y no tienen por qué provocar lluvias intensas si no se dan una serie de condiciones que no siempre se cumplen. También hay que dejar algo claro, en el litoral mediterráneo se pueden producir lluvias intensas en cualquier época del año (aunque creo que es algo que ya sabemos perfectamente los que vivivimos a orillas del Mediterráneo).

Los acumulados de más de 100 l/m2 en el este y sureste suponen un alivio muy importante tras la escasez de lluvia que veníamos arrastrando durante los últimos días. Fuente: AEMET.

En la gota fría de la Semana Santa de 2019 se han dado todos los ingredientes necesarios para que las lluvias hayan sido persistentes, importantes y localmente torrenciales en el litoral mediterráneo: básicamente, gota fría sobre la vertical del Estrecho (el sureste queda en el sector de divergencia en altura de la misma) y una entrada muy pronunciada de vientos de levante en el litoral este. El relieve y la orientación a la circulación de levante, entre otros, han acabado de rematar la faena.

En este último temporal de levante de han llegado a caer más de 350 l/m2 en el norte de Alicante y sur de Valencia en 3 o 4 días. Sin embargo, lo más destacable en mi opinión son los acumulados de más de 100 l/m2 en toda la provincia de Alicante, gran parte de Valencia y en algunas zonas de Albacete, Murcia o de Teruel. Salvo casos puntuales (litoral de la Marina Alta), han sido lluvias muy bien caídas.

Y es que los episodios de lluvias asociados a gotas frías suelen ser más bien de acumulación en esta época, es decir, precipitaciones más persistentes, duraderas y moderadas; frente a la torrencialidad e irregularidad del otoño. En definitiva, este temporal ha sido una bendición para los montes, los embalses, los acuíferos y para el campo. En cambio, para cófrades, turistas y hosteleros ha sido un desastre. Por desgracia, es imposible tener a todos contentos.

En bastantes localidades del este y sureste peninsular no llegaban a los 50 l/m en lo que llevábamos de año (e incluso en algunas zonas ni a los 20/30). Ahora, en 72-96 horas, hemos revertido la situación en lo que llevábamos de año: hemos pasado de estar en una situación de sequía pluviométrica a estar en la medio, e incluso por encima. Se trata de uno de los aspectos más apasionantes de nuestro clima: las sequías se rompen con episodios de lluvias intensas. Y esta vez no ha sido la excepción.

Un ejemplo muy gráfico. Pase lo que pase en lo que queda de abril y en mayo, en el aeropuerto de El Altet la primaverá tendrá un carácter húmedo. En este observatorio se ha batido el récord de precipitación diaria y mensual para el mes de abril. Fuente: AEMET.

Entiendo que hosteleros, cófrades y turistas estén muy disgustados con lo que ha pasado. Pero no hay que olvidar que si la sequía se prolonga mucho tiempo, puede pasar que al final no salga agua del grifo. ¿Quién vendría a visitarnos? Ya empezaban a haber algunos problemas en el suministro de agua potable en pueblos de montaña o del interior (algo de lo que casi nunca se habla en los medios, por cierto).

De este último episodio se pueden sacar muchas lecciones y podríamos debatir sobre muchas cosas. Quiero cerrar este artículo con una reflexión sobre un aspecto que me ha mosqueado bastante: el miedo a nombrar el término de gota fría (es que ni DANA). En alguna nota del servicio meteorológico nacional llegué a leer que se trata de una borrasca atlántica (denominación técnicamente correcta, pero alejada de la realidad que mostraban los mapas).

Seguramente, si hubieran sido otras fechas se habría hablado muchísimo más de la gota fría durante los días anteriores en los medios de comunicación. Pero al coincidir con Semana Santa, el silencio fue sepulcral hasta pocas horas antes. Para mí ese ha sido uno de los grandes fallos de este episodio. Si hay riesgo de lluvias intensas en una zona repleta de turistas que desocnocen aspectos básicos de nuestro clima (torrencialidad de las precipitaciones o crecidas repentinas de barrancos), hay que decirlo. No asustando o exagerando, sino divulgando y educando.

Por suerte, no se han producido daños personales. Pero creo que es algo que se debería tener en cuenta para la próxima ocasión. Lo único negativo de este episodio han sido las fechas (para algunos) y los daños que han sufrido las playas orientadas a levante, regeneradas hace dos años. Y para concluir, curiosamente este ha sido el temporal de levante más importante en un mes de abril en Alicante, sur de Valencia o en algunas zonas de Murcia desde la riada del Viernes Santo. Causalidades de la vida, también en las mismas fechas (19-21 de abril)

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