El huracán blanco

El huracán blanco
Autor: Alfred Rodríguez Picó - Director de TAIKOMETEOROLOGIA. Meteorólogo con más de 30 años de experiencia en TV3, Catalunya Ràdio, La Vanguardia, El Periódico y otros medios, así como profesor y conferenciante con más de 1500 charlas impartidas.
14 de enero, 2019

Los inviernos de 1888 a 1891 fueron extraordinariamente fríos en ampias zonas del hemisferio norte. España se vio afectada por la peor invasión fría de la historia reciente durante los días 6 a 21 de enero de 1891.

Fue la última vez que el Ebro se congeló en su cauce inferior, alcanzándose en Tortosa -9,5º. El 18 de enero de ese año el observatorio de la plaza Universitat de Barcelona registraba -9,6º. Enla Península algunos ríos se congelaron completamente como el Duero o el Pisuerga y en Europa también lo hicieron el Ródano, Danuvio, Rin, Sena, Támesis...

Tres años antes, la costa este de Estados Unidos tambíen padeció las consecuencias de fríos glaciales, pero vamos a destacar el episodio que afectó la ciudad de Nueva york:

El domingo 11 de marzo de 1888, Nueva York se despertó con una lluvia persistente, viento del sur bastante fuerte y una temperatura de 10º. Los barómetros indicaban una bajada de la presión atmosférica extraordinaria. Los carruajes corrían por las calles a duras penas ya que la lluvia, a medida que pasaban las horas, se hacía más espesa y el viento más racheado. Al anochecer se produjo un cambio radical de la situación. La temperatura bajó en picado hasta , la lluvia se convirtió en una gran nevada y el viento giró al nordeste con ráfagas de casi 90 kilómetros por hora. 



El lunes 12 de marzo, la tempestad de nieve fue en aumento. Durante toda la jornada la nevada fue muy intensa acompañada de un feroz viento del nordeste de 70 a 110 kilómetros por hora. Nadie se atrevía a salir de sus casas. La temperatura descendió hasta los  bajo cero. La visibilidad era casi nula. Nueva York se convirtió en una ciudad fantasma. Se formaron acumulaciones de nieve de 100 a 130 centímetros.

Todas las líneas telegráficas fueron derribadas por la ventisca. Las estaciones de bomberos quedaron inmovilizadas. El mapa isobárico de aquel día mostraba una profundísima borrasca a pocos kilómetros al nordeste de Nueva York. A partir de la tarde del martes l3 de marzo, el tiempo inició una mejoría. BostonWashington o Filadelfia se hallaban en las mismas condiciones.

La peor tormenta de nieve de la historia había paralizado el nordeste de los Estados Unidos. El balance fue de 400 muertos. A resultas de la crisis del transporte creada por la tempestad, se inició la creación de una red de metro en Nueva York.

Alfred Rodríguez Picó

 

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